Adrià Díaz Valverde comenzó como técnico en el CF Sistrells, después entrenó al UDA Gramenet, pasó por el San Gabriel y, más tarde, por el CF Damm y el fútbol base del FC Barcelona. De manera paralela, ha ejercido como profesor en Catalonia Sports y, en la actualidad, se encuentra en su último proyecto de CEO en DNA Soccer.
En IDE mediante un curso online llamado, Juego de posición: sentimiento de pertenencia al balón, podremos disfrutar de los conocimientos que el técnico desvelará junto a Abel Mourelo. Este curso recoge infinidad de elementos técnicos de terreno futbolístico, y Adrià los comparte con nosotros: “En el juego posicional, si yo atraigo rivales genero unas ventajas espacio-temporales y ventajas numéricas, lo que me permite tener más posibilidades de finalización con ventaja y, por lo tanto, más eficacia”.
Si le preguntamos por si existe permeabilidad suficiente para adaptar los objetivos a las competencias de cada equipo, Adrià nos explica que el objetivo es permeable a lo que el entrenador quiere conseguir, pero que todo depende de lo que realmente se busque. Los objetivos tienen que ser realistas y partiendo de esa premisa, todos los equipos de todas las categorías, pueden jugar en cualquier tipo de estilo, aunque es verdad que el tipo de relación va a depender de la idea que tenga el entrenador de organizar de forma estructural el equipo en esas ubicaciones en el espacio y cómo quieran interactuar sus futbolistas.
Hace referencia a que los técnicos quieren que cada futbolista tenga unos roles y que estos sean capaces de interactuar entre ellos, lo que considera determinante para la búsqueda del objetivo que mencionaba anteriormente, pues esto determinará la manera de jugar para poder ganar partidos ya que el objetivo de todo entrenador es ganar partidos, y eso dependerá de la forma en la que sientan el juego y de las capacidades de los futbolistas. El técnico asegura que los entrenadores no pueden plantear un modelo de juego específico si ven que sus jugadores no lo pueden hacer. Deben darles posibilidades a que puedan hacerlo y eso viene marcado con el estilo, en la forma de jugar.
En alusión a la concepción de lado fuerte y lado débil en relación a lo estipulado, su respuesta es contundente: “Lo estipulado de lado fuerte y lado débil no deja de ser dónde está el balón”. Pero añade que existe otra idea: estipular lado fuerte y lado débil en función del jugador, y para explicar esto toma como referencia la manera de jugar de dos centrales del FC Barcelona como son Piqué y Puyol. El técnico afirma que, a nivel de exposición de balón, Piqué tiene una salida de balón muy muy buena, mientras que la de Puyol, sin dejar de ser buena no es tan destacable como la de su compañero y, por tanto, el lado fuerte y el lado débil depende de eso en este sentido. En su opinión el lado fuerte es Piqué, aunque el balón se encuentre en el otro lado del campo, la clave está en que Piqué pueda recibir y tenga esas intervenciones de poder superar líneas con pases o conducciones en primeras líneas”.
El técnico no está de acuerdo con la presión tras pérdida desde una estructura inestable, ya que es importante reorganizarse a nivel ofensivo para que el nivel defensivo me ayude. “Existen dos formas de presión tras pérdida: o con jugadores que les genero repliegue para que no tengan dificultades en algunos espacios determinados o, hacer con algunos jugadores situaciones de bloque partido (que unos jugadores intenten hacer esa presión
tras pérdida y seguir reorganizándome a través del balón, y otros jugadores ya se organicen en un espacio determinado)”.