La trayectoria de Abel Mourelo López comienza como técnico en el juvenil A del Mataró y del CF Badalona, ejerció también como segundo entrenador en el primer equipo en la Segunda Dvisión B. Tras esto, en la Cultural Leonesa, trabajó como segundo entrenador de Rubén de la Barrera con quien lograba el ascenso a la categoría de plata del fútbol nacional. Mourelo perteneció también al cuerpo técnico del CF Reus ganando experiencia junto a Xabi Bartolo, y tras su última hazaña vinculada a Ricardo Rodríguez en el Tokushima Vortis de Japón, completó como mano derecha de Bartolo a un Gimnàstic de Tarragona en el ilusionante grupo III de la Segunda División B.
El técnico compartirá sus experiencias en el curso Juego de posición: sentimiento de pertenencia al balón junto a Adriá Díaz Valverde. En dicho curso se expondrán diferentes aspectos técnicos que el entrenador ha querido compartir con nosotros como, por ejemplo: “La transición defensiva facilita una propuesta que fomente la defensa ofensiva precedente en función de si has atacado y has ejecutado bien, es decir, si estás cerca de las zonas de pérdida con un número de jugadores suficiente para defender en esa misma zona de pérdida, si tú atacas bien y en el momento de la pérdida tienes densidad de jugadores en la zona en la que estás atacando, va a ser mucho más fácil defender en dirección al balón y defender en esa zona de pérdida”.
Mourelo indicaba en la entrevista realizada que: “Todo lo que sea generar inicios estables, generar inicios con superioridades numéricas principalmente en esa fase de inicio, te facilitará llegar en mejores condiciones a la fase de finalización. Lo que no está reñido con que esos inicios estables no estén relacionados con los jugadores que están alejados. Los roles y las funciones de los jugadores más alejados, son primordiales también para que esa fase de inicio sea lo más estable posible y genere las mayores superioridades favorables”.
El técnico lo tiene claro, el pilar fundamental para que el equipo tenga una estructura estable es tener el balón, lo que abala con la idea de que las acciones a balón parado han de entrenarse, pero no en la proporción que cree la mayoría de la gente. Opina que falta tiempo en los entrenamientos y que, rigiéndose bajo el criterio de que el ataque es maravilloso, el tener el balón y generar contextos ventajosos a los jugadores con el balón, el generar superioridades y crear una estructura de ataque, debería llevarle a los entrenadores tanto tiempo que no podrían dedicarle lo suficiente a las acciones a balón parado.
Las acciones a balón parado son fundamentales, pero a su modo de entender el fútbol, considera que existen dos variables fundamentales: “Tener buenos lanzadores y tener grandes rematadores, porque si tú tienes un jugador que realmente pone el balón a las zonas de influencia dónde hay que ponerlo, con la tensión y el tipo de pase adecuado, y por otro lado, tienes jugadores determinantes a la hora de atacar esas zonas establecidas y buenos rematadores, conseguirás resultados, pero por mucho que tú quieras entrenar acciones a balón parado necesitas de esas dos variables principales para ser efectivos”.